martes, 1 de diciembre de 2009

A mis 30 años.




Tal cual retrato de mi misma, es esta entrada de blog, inevitable, por eso esta foto, muchas del mismo tipo, siempre echas por un gran amigo, al que adoro, ésta en Madrid, mi ciudad natal.
Aún recuerdo aquella obra de teatro, muy buena por cierto pero de la que he olvidado el nombre quizá por mis 30 años viejos, como diría in english. Llegué a verla nada más aterrizar de nuevo en estas tierras. En ella se hacía comedia sobre los sentimientos o feelings que podían rondarte, en los años que ahora tengo. ¡hasta cierto punto! ¡y ya están aquí!
Para muchos la edad de hacer ahora determinadas cosas o tomar determinadas decisiones o.......nunca más.
Para mi la edad de plantearme una maternidad en modo amplio, queriendo, cuando llegue, si así sucede, buscar un equilibrio entre mis inquietudes personales y las necesidades de un futuro hijo.
Para muchos, la edad de no soltar a Peter, ¡Pan!
Para mi una edad en la que experimento la felicidad de haber crecido, conseguido muchas de las cosas en las que siempre pensé querría en mi vida adulta, y no hablo de materiales, que también.
Felicidad de haber madurado y tener la satisfacción de valerme por mi misma desde hace ya ¿una década?
Eso ahora me serena el alma frente a otras épocas, donde la falta de experiencia y el empezar a rodar daban mucha intraquilidad.
Igual me pasa con el conocimiento de mi misma, de mis virtudes y limitaciones, sin espejismos ni afianzamiento de identidad, tal cual soy, Dolores, Dolo, como muchos de los que me quieren me llaman. ¿porqué ser aquello que otros quieren o esperan de tí? ¡Tantas cosas yo esperaría o esperaba y van de mal en peor....!
Comienzan del mismo modo a aparecer los primeros síntomas, canas, arrugas de expresión, y que sigan, como signo de vivir, de avanzar, ahora con una vida al frente, una vida entera,.....mucho recorrido, mundo visto, múltiples experiencias y en mi corazón las ansias de seguir creciendo, mejorarme, mantenerme sin una capa gruesa de coraza frente a las adversidades del mundo adulto y de la sociedad ¡Que sé yo!
Otros todavía cuelgan de la teta de mami, independientemente de que vivan en casa de ella o no, continúan llorándole ¡que las lágrimas no te impidan ver las estrellas, prefiero yo decirme a mi misma!
Una década maravillosa, 20-30, toda entera junto a Juanfran, evolucionando en la misma dirección, en amor, en libertad.
30 años, y muchos más, con al vista siempre al frente y en mi mente, el recuerdo de todo lo pasado.
Ahora las flores, me las echo yo, por si acaso, porque yo lo valgo.
Estoy convencida de ello.
Carpe diem.
Os quiero.
Dolo